El vino
tinto es un tipo de vino procedente
mayormente de mostos de uvas tintas, con la
elaboración pertinente para conseguir la difusión de la materia colorante que
contienen los hollejos de la uva. En función del tiempo de envejecimiento que se
realice en la barrica y en labotella, pueden obtenerse vinos
jóvenes, crianzas, reservas o grandes reservas.
Vendimia
Es importante realizar la vendimia en el momento
adecuado de maduración de los frutos de la vid. Habitualmente en la recogida se desechan racimos verdes o
dañados para que no afecten al sabor del vino resultante.
Los racimos de uva se retiran de la vid
manualmente mediante el uso de corquetes o tijeras, o de forma
mecanizada en el caso de viñas emparradas en espalderas. En el caso manual suelen
depositarse en grandes cestos que, tras llenarse, se vuelcan en tractores, para trasladarlos
a la bodega.
Para vinos selectos, la uva se recoge
en pequeños cestos y se trasporta en estos hasta la bodega, para evitar que la
uva se aplaste y comience su fermentación durante el
transporte, para que todo el proceso pueda controlarse en la bodega.
Elaboración
Una vez en la bodega, existen dos
métodos de elaboración: el de maceración carbónica, con uva entera y confinada (tradicional de los
cosecheros, para su comercio temprano) y otro en el que se elimina el raspón
del racimo y se rompe la uva antes de la fermentación por levaduras (utilizado por las empresas
bodegueras, para destinarlos a crianza).
La uva no se lava para que las levaduras que se
encuentran sobre el fruto ayuden en la fermentación. Sin embargo, es muy
importante el cuidado de la higiene previo a su posterior proceso.
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