Historia de la camisa
La camisa en Egipto, Roma y la Edad Media
La historia de la camisa puede remontarse al 1500 a.C., cuando los egipcios, tanto hombres como mujeres, adoptaron el kalasiris, una pieza en forma de rectángulo de tejido de lino delgado con una abertura para introducir la cabeza. Durante el Imperio Romano a esa pieza de tela se le agregarán mangas y se denominará túnica manicata. En la Edad Media y hasta el siglo XIV la camisa fue una prenda interior de color blanco cuya función consiste en proteger la piel de otros tejidos exteriores más ásperos.[5] Como se consideraba ropa interior carecía de botones para cerrarla y su misión era cubrir el cuerpo antes de colocar la casaca o la chompa.Las camisas y su uso en la fabricación de papel
El uso generalizado de las camisas en el siglo XIV, permitió que hubiera suficiente trapo de camisas viejas para poder fabricar papel a precios económicos. La invención de la imprenta unido a la producción de papel a bajo precio, permitió que surgiera el libro como un producto de precio accesible, y no como una antigua curiosidad.La camisa en el Renacimiento
Será en el Renacimiento cuando la camisa generaliza su uso. La moda italiana de la época ensanchó las mangas permitiendo que una parte de la misma se asome a la altura de los codos. Después los alemanes incorporarán las cuchilladas, moda originaria de Suiza que consiste en rasgar la superficie de las prendas exteriores dejando entrever lo que está debajo. En el siglo XVI se incorporará escotes cuadrados:Revolución francesa
Durante y después de la Revolución francesa, hacia fines del siglo XVIII, se produjo un cambio importante en la ropa masculina. Aparecen la limpieza de líneas, característica de la indumentaria inglesa, lo que implicará la pérdida de la ornamentación anterior. El glamour se desplaza a los complementos del pañuelo o corbata.Principios del siglo XIX
A medida que las prendas militares fueron acortándose hasta terminar en el actual saco o americana y chaleco la camisa fue quedando al descubierto, con lo cual comenzó a existir la necesidad de rematarla en puños y cuellos con entidad.La camisa blanca, para muchas personas, era símbolo de aristocracia, porque eran los que solían mantenerlas limpias. A principios del siglo XXI, una camisa blanca sigue manteniendo para muchos un carácter de distinción; pero también es porque el blanco es un color neutro[6] muy fácil de combinar con los distintos colores que puede aportar los trajes y sobre todos las corbatas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario