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lunes, 24 de junio de 2019

uva merlot

Merlot (Tinta Clásica)
En dialecto bordelés, Merlot quiere decir "petit oiseau noir" (mirlo), y la Merlot es la primera uva de la temporada que coincide con la época en que estos pájaros devoran sus bayas. Siguiendo la pista a su etimología , Petit Laffite, en su obra "la Vigne de Bordelais" (1868), buscaba el origen del vocablo en la semejanza entre el color del plumaje del mirlo con el color azul negrusco de las bayas de la cepa.
Aunque parece ser de la misma familia de las Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, y Petit Verdot, emparentadas con la balisca de los romanos, no aparece citada hasta el siglo XVIII en los viñedos de Pomerol y Saint- Emilion, y no se señala su presencia en el Médoc hasta el siglo XIX. De finales de este siglo data también su incorporación al cantón helvético de Tessin, de lengua italiana, y su extensión posterior por todo el norte de Italia.
Hoy se cultiva en 14 regiones vinícolas de este país, especialmente en la zona de Venecia, donde existe incluso una "Ruta del Merlot". Se emplea para vinos jóvenes, bastante débiles y, salvo excepciones, de calidad media. Las primeras cepas de Merlot fueron introducidas por un personaje llamado Eloy Lecanda, quien a finales del siglo XIX, las mezclaría para la elaboración de sus vinos entre los que cabría destacar el mismísimo Vega Sicilia.
La Merlot ha vivido siempre a la sombra de la reconocida Cabernet Sauvignon, considerada como una uva complementaria para mezclarla con esta y en menor medida con la Cabernet Franc. Solo alcanzaba proporciones destacables en los Saint-Emilion y, sobre todo, en los Pomerol bordeleses. Hoy sin embargo, es habitual encontrar monovarietales de la cepa, la mayoría jóvenes, que se benefician de su gran fragancia.
Es el vino del aroma a cassis, confitura de bayas rojas y violeta. La baya tiene la piel menos gruesa que la Cabernet Sauvignon, desborra y madura antes que esta, no tiene tanta intensidad ni taninos, y su color es menos profundo y concentrado, aunque, en contrapartida, es más rica en fruta y en azúcar. También alcanza su apogeo bastante antes que la Cabernet Sauvignon.
En el cupaje de los Pomerol, representa hasta el 85% y en el caso de Chateau Petrus llega al 95%, incluida la vejez de sus viñas y la calidad de unos suelos arcillosos de fuertes estratos ferrosos. En Saint-Emilion supone en torno al 60% de cupaje, si bien estas proporciones van disminuyendo a medida que se pone rumbo a zonas algo más tibias, como Graves (en torno al 40%) y Médoc (entre el 20 y 30%).
Una de las ventajas de esta variedad es que se aclimata bastante bien a suelos diversos (acepta mejor que la Cabernet Sauvignon los suelos arcillosos y húmedos) y microclimas diferentes. También es apreciada por sus rendimientos, lo que la ha llevado a ser la sexta en el ranking por extensión de todas las cepas cultivadas en Francia. En Europa del Este, Eslovenia es el país que más la cultiva; Hungría elabora vinos dulces de buena acidez y nariz bastante afrutado, y también puede encontrarse en Rumania y Bulgaria.
En las nueva regiones vinícolas, los ejemplos más interesantes vienen de Oregón, Washington y Columbia, en EE.UU. Está bastante extendida en Chile y Argentina, donde en la actualidad se están produciendo unos vinos exquisitos.
La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: rosas, pastel de frutas, especias, menta, chocolate, grosella y ciruelas

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